05 noviembre 2014

Metáfora es tan solo una palabra con un nombre inusual



La vida es parte de tu ser le dije…, días atrás recibí una noticia mediante una  llamada telefónica la que me dejó impávido, pues nada que pudiera hacer estaba en mis manos en ese momento o peor  aún mis escuetas palabras que alcanzaba a decirle a manera de consuelo, se que estas no fueron conforte para aplacar las huellas que se habían marcado en su memoria; y es que como es de costumbre las malas noticias llegan sin dar tregua a nada, son las primeras en llegar y más aun con la tecnología que nos invaden a bombardeo a nuestros sentidos. Mientras continuaba  su relato con voz baja, entrecortada y sollozante todo cuanto a fuerza le había tocado vivir, esta noticia se quedaba retumbando como ecos en mi mente, horrorizado escuchaba y sin advertir sus reflejos; como puede ser posible que eso haya pasado me decía en mis adentros sin tan siquiera susúrralo, creo que por un instante mi cerebro se bloqueo e intento desconectarse  a propósito, quizá fue una especie de defensa mental cuando se le hace difícil asimilar un proceso, y es que aquella noticia era  bastante fuerte para mí; contrario a esto debo decir que en aquel día hacia un sol muy radiante, cielo azul y despejado,  al parecer  minutos antes mi cerebro también había maquinado mi propia invitación a viajar  y sin rumbo fijo. Pero es mejor puntualizar en mi relato, es así como al otro lado del teléfono mi locutor continuaba escarbando en sus heridas, el tiempo fue un cobarde para mi…, si no fuera por mi hijo ya me habría pegado un tiro…, fueron unas de sus tantas palabras, y con esto el día perdía su lugar, su encanto, pinceladas de vivos colores  se tornaban en grises pinturas  y pálidos bocetos cual principiante en su blanco lienzo inicial; mis oídos conforme se mantenían atentos a su relato, también me decían sacúdeme! sacúdeme! que esto no puede ser cierto; en eso una briza se colaba por mi ventana , entro en mi lamentar, lo refrescó, seguido de un sí, es verdad, este mundo loco es así, dejan sus cicatrices, tatuajes del alma que a veces ni el doctor tiempo es capaz de curar, finalmente su angustia colgaba al teléfono, en ese momento me abrazo una profunda melancolía y con ella vino una  metáfora, y era que nada me llenaría más que  ser el viento, si, ese misma brisa que se coló por mi ventana minutos antes, así podría ir y evaporar el llanto que recorría sus mejillas, pero nada de esto era posible, pues metáfora es tan solo una palabra con un nombre inusual,  así era  como le pedía a Dios que por favor no delate mas a sus pesares y que su angustia se dilate hasta convertirse tan solo en alegría.