Nostalgia que quedó

Nunca más oíste tú hablar de mí,
en cambio yo seguí pensando en tí,
de toda esa nostalgia que quedó,
tanto tiempo ya pasó y nunca te olvidé. 

Cuántas veces yo pensé en volver y decir que de mi amor nada cambio, pero mi silencio fue mayor y en la distancia muero día a día sin saberlo tú.

A veces he pensado que si en aquella noche cuando el retrato enmarcado y con dedicatoria en su reverso, acariciara sus delicadas manos y sus ojos miraran fijamente a la dedicatoria, cambiaria su decisión,  pero…,  su silencio fue mucho mayor…, con un nudo en la garganta solo atine a decir que no partiera, que no emprendiera su planificada decisión de marcharse de aqui; quizás fui un tonto e iluso que intentaba en retenerla, pero nada consegui.

Sin duda tenía miedo, si miedo!, a la llegada de la noche, o al fin de semana,  que llegaran  y ella no esté, así como en cada verano, así como en cada invierno, asì como en cada momento. Resumiendo a la nostalgia que quedó, debo manifestar que al dìa siguiente efectivamente ella partió, (en esta parte del relato es cuando el transcurrir del tiempo  hace lo suyo…, aquí es cuando pasa lo que tiene que pasar), que sucedió…?, que paso…?, yo no lo sé!; pero ya no era igual, la noche poco a poco ocupaba su lugar.

Creo que con su partida, finalmente parte de mi recogió todas esas cosas que ayudan a olvidar.

Hoy no la quisiera encontrar..., mejor sería un lo siento me tengo que ir.

Tengo buenos recuerdos, solo buenos recuerdos, pero me hubiera gustado tener una historia completa y no solo capítulos de ella.

Crecer duele, pero hay que desprenderse…, deja ir…, fluir antes que se pase nuestro tiempo de vivir.